El Fuego de la Santa Rebeldia, Alejandro Lerroux



Texto de 1906 recogido por Beers & Politics.

Si de verdad se ha encendido en vuestro corazón el fuego de la santa rebeldía, andad, seguid. seguid adelante sin parar, hasta que caigáis reventados en el camino o hasta que os salgan las barbas malditas de los hombres, donde hizo presa Dalila para rendir la fortaleza humana. Rebelaos contra todo: no hay nada o casi nada bueno. Rebelaos contra todos: no hay nadie o casi nadie justo.

Si os sale al camino un mozo y os dice: jóvenes. respetad a los viejos; decidle: mozo, entierra a tus muertos donde no les profanen los vivos.

Si os apostrofan los genios alarmados de vuestra irrupción impetuosa y resonante. contestadles: somos la nueva vida. Adán nace otra vez.

Llevad con vosotros un bolsillo de respetos y un costal de faltas de respeto. El respeto inmoderado crea en el alma gérmenes de servidumbre.

Sed arrogantes como si no hubiera en el mundo nadie ni nada más fuerte que vosotros. No lo hay. La semilla más menuda prende en la grieta del granito, echa raíces, crece, hiende la peña, rasga la montaña, derrumba el castillo secular… triunfa.

Sed imprudentes, como si estuvieseis por encima del Destino y de la Fatalidad.

Sed osados y valerosos, como si tuviéseis atadas a vuestros pies la Victoria y la Muerte.

Sois la vida que se renueva. la naturaleza que triunfa. el pensamiento que ilumina, la voluntad que crea, el amor eterno…

Luchad. hermosa legión de rebeldes, por los santos destinos. por los nobles destinos de una gran raza, de un gran pueblo que perece, de una gran patria que se hunde. (...)

Hav que hacerlo todo nuevo, con los sillares empolvados, con las vigas humeantes de los viejos edificios derrumbados, pero antes necesitamos la catapulta quc abata los muros y el rodilIo que nivele los solares.

Descubrid el nuevo mundo moral y navegad en su demanda, con todos vuestros bríos juveniles, con todas vuestras audacias apocalípticas.

Seguid, seguid…. No os detengáis ni ante los sepulcros ni ante los altares.No hay nada sagrado en la tierra, más que la tierra y vosotros que la fecundaréis con vuestra ciencia. con vuestro trabajo, con vuestros amores.

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