Fragmentos de La Flauta Mágica.
- ¿Qué ha sido eso? ¿La voz de Pamina? (...) ¡Qué felicidad! Ahora, ella puede venir conmigo; Ahora, ningún destino podrá separarnos nunca más, incluso aunque nuestro destino sea la muerte. (...) ¿Tengo permiso para hablar con ella? (...) ¡Qué alegría cuando nos veamos de nuevo, y entremos, mano con mano, en el templo! Una mujer que no le teme a la oscuridad es valerosa y podrá ser iniciada. (...)
- ¡Tamino mío! ¡Qué felicidad! (...) Dondequiera que vayas estaré a tu lado. Yo misma te guiaré; Amor es mi guía. Él alfombrará con rosas nuestro camino, aunque las rosas nunca carecen de espinas. (...)
- ¡Victoria! ¡Victoria! ¡Oh, noble pareja! ¡Habéis superado el peligro! ¡Los ritos de Isis son, ahora, vuestros! ¡Entrad en el templo!
Sarastro conduce a Tamino y Pamina hacia el claustro principal del Templo. (...) Sarastro está de pie ante el altar.
- Los rayos del sol hacen desaparecer la noche; El poder subrepticio, hipócrita, ha acabado, está totalmente destruido. (...) ¡Acojamos a los iniciados! Habéis penetrado la oscuridad. ¡Gracias a ti, Osiris! ¡Gracias a ti, Isis! La fortaleza de espíritu ha vencido y, como recompensa, corona a la Belleza y a la Sabiduría con su diadema eterna!
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