Extracto de La Masonería Española en Presidio.
En aquel huerto donde discurrían las horas, los días, los meses de nuestra reclusión [...]paseabamos por parejas o en pequeños grupos, cada cual con sus amigos más queridos y siempre en la más cordial fraternidad con todos. [...]
Algunos de los grupos deambulaba en silencio a cierta hora, después de que uno de sus componentes había musitado algunas palabras en voz baja: Donde hay dos o tres reunidos en Mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos... Eran los hermanos teósofos que hacían sus meditaciones.
Por otro camino discurrían los hermanos que leían la Biblia. se podían captar las palabras de la Epístola de San Pedro: Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por el fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese.. Eran un pastor protestante y su discípulo.
Más allá un grupo de hermanos políticos arreglaba el mundo en animada conversación. No faltaban los escépticos de siempre, pocos por fortuna, que no creían en el Gran Arquitecto del Universo ni en ley alguna divina o humana. Habían equivocado el camino al ingresar en la Orden Masónica y ésta habíase equivocado al admitirles.
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