La Masonería no es Religión, Nagy


Extracto del Libro autobiográfico Jesuitas y Masones, publicado en Buenos Aires en 1963 y dedicado Ad Majorem Dei Gloriam, A la Gloria del Gran Arquitecto Del Universo, que relata las experiencias en ambas Ordenes del Dr Töhötöm Nagy.

La masonería no es religión. [...] Para poder hablar de religión, deben haber presentes tres factores sin que falte ninguno de ellos: primero un sistema de dogmas sobre Dios y sobre su criatura dependiente de Él y quien tiende retornar hacia Él; segundo: un sistema de normas morales; tercero: un culto organizado que reconoce el poder Supremo de Dios y la dependencia de Él.

Ya la primera condición falta en toda la masonería: no tienen ningún sistema de dogmas. [...] Si a toda costa  quisiéramos hablar de dogmas, la masonería reconoce uno solo: la libertad y la tolerancia y esto es demasiado poco como base de una religión.

Aunque posee un sistema de moral definido, éste no es suficiente para integrar una religión, del mismo modo, como las instituciones educacionales profanas también tienen su sistema de moral, sin embargo a nadie se le ocurre que por eso la denominaran como religión.

A lo que respecta a las prácticas de su liturgia, está lejos de imputarles fuerza sobrenatural alguna, cosa que es elemento indispensable en la liturgia de todas las religiones; pues bien, si falta el elemento indispensable, queda el simple simbolismo que es propiedad eterna del hombre. Es tan eternamente humana que las religiones mismas también lo adoptaron de la misma fuente para sus fines. Y si bien tienen el mismo origen en la aplicación, difieren por su naturaleza.

Las liturgias masónicas no son más que interpretaciones de la psicología humana. Sus ritos parecidos a las prácticas religiosas se sostienen, no para ejercer una religión, sino porque éstos encierran una fuerza eterna para enlazar a los hombres, motivo por el cual también las mismas religiones los adoptaron.

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