El Cielo y la Tierra, Castelar


Extracto de La Civilización en los Cinco Primeros Siglos de Cristianismo, lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid por Emilio Castelar 



Apolo reina en esa [primera] edad sobre todos los dioses, como el sol sobre todos los astros. La luz, las estrellas, las armonías de las esferas, la lira, el cántico, todo lo que constituye el mito de Apolo, es la creencia, es el culto general, culto del cielo, del sistema planetario, que indica que el hombre ha levantado la frente del seno de la tierra. [...]

Como enemigo del culto de Apolo, aparece, venido de Frigia, el culto de Baco. El primero representa la fuerza, el segundo la vida; el primero es la mecánica, el segundo es la dinámica de la naturaleza. Baco es el dios del placer, de la vida; el que corre desnudo por los campos, ceñida la sien de flores, rodeado de musas ebrias de placer; el que hace resonar las montañas con el sonido de su flauta; el que reina en las viñas y en los bosques; el que vierte en la copa de los dioses y en los labios de las musas, gotas de oloroso vino, e inspira a los inmortales el cántico, la alegría y el amor a la vida, la risa eterna que inunda de felicidad al Universo. 

Baco y Apolo pugnan un momento; pero se reconcilian pronto. Y en virtud de esta reconciliación se unen eternamente en concierto divino la lira y la flauta, el sol y los campos, el cielo y la tierra. 

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