Extracto de La Masonería Española en Presidio.
Llegó a esto la Navidad con sus días y sus noches añorantes del calor del hogar, de caricias y de cánticos, de promesas de fraternidad y de amor [...]
Encerrados en las celdas como vulgares delincuentes, aquel día de Nochebuena, sólamente se nos abrió la puerta a las 8 de la noche para entrarnos un poco de agua caliente por si queríamos hacer café. Tras lo cual, el golpe odioso de la puerta chapada nos volvió al silencio y a la tristeza, mientras nuestros verdugos libaban dorados licores para olvidar las palabras de aquel cuyo nacimiento festejaban: Amaos los unos a los otros.
No pensaban que en aquellos antros, donde yacíamos cientos de hombres con la conciencia tranquila, se oía entonces una música de ángeles que entonaba el Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario