Extracto de La Civilización en los Cinco Primeros Siglos de Cristianismo, lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid por Emilio Castelar
La idea de Dios, la idea de lo infinito se imponen como una necesidad lógica a la conciencia humana. En verdad una filosofía exclusiva pudo creer que era dado borrar la religión del número de las necesidades de nuestro espíritu. Yo no soy de tal sentir. Cuanto más ahondo en la conciencia humana, más viva encuentro la idea religiosa. En vez de creer que toda religión es vana, creo cabalmente lo contrario; creo que la religión lleva en sí el ideal de las artes, de las ciencias, de las instituciones; creo que es la estrella de toda una civilización; creo que vivifica el espíritu; creo que templa las dolorosas contradicciones de nuestra inteligencia y las tristísimas luchas de nuestro corazón; creo que es la luz del pensamiento y el aroma del amor; creo que fortifica la libertad; creo que levantando toda nuestra vida a la comunicación eterna con el cielo, le da algo del resplandor divino, y le promete que tras esa negra noche del sepulcro, donde parece que todo sentimiento se apaga, y todo recuerdo se pierde, tendrá una transformación gloriosa que la acerque al eterno ideal del bien, de la verdad, de la hermosura, a la eterna fuente del ser, al eterno sol del pensamiento, a Dios.
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