Fragmento de Notre-Dame de París
- Si, respondió la gitana; ser hermano y hermana; dos almas que se tocan sin confundirse..... los dos dedos de la mano.
- ¿Y el amor? prosiguió Gringoire.
- ¡Oh! ¡el amor! dijo, y su voz temblaba y sus ojos brotaban llamas. - Es ser dos y no ser más que uno, un hombre y una mujer que se deshacen en un ángel; es el cielo.
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