El Nuevo Testamento, Lessing



 Extracto de La Educación del Género Humano de Gotthold Ephraim Lessing

Sus discípulos transmitieron fielmente esta doctrina. Y aunque no tuvieran otro mérito que el de haber dado curso general entre diversos pueblos a una verdad que parecía destinada por Cristo sólo a los judíos, ya por eso habría que contarles entre los favorecedores y bienhechores del género humano.

Que mezclaran esta gran doctrina con otras menos convincentes y de utilidad menos considerable, ¿podría suceder de otro modo? No se lo reprochemos, sino inquiramos con seriedad si lo que pasa no es que esa mezcla de doctrinas se convirtió, precisamente, en un nuevo golpe de timón para la razón humana.

Por lo menos, ya se ha visto por experiencia que los escritos del Nuevo Testamento en que se recogieron poco después esas doctrinas, llegaron a ser y siguen siendo el otro gran libro elemental del género humano. Hace mil setecientos años que la razón humana se ocupa en ellos más que en todos los demás libros y que recibe de ellos más luz que de todos los otros libros, aunque se trate solamente de una luz que pone en ellos la inteligencia humana misma.

Es imposible que otro libro llegara a ser tan conocido de pueblos tan diversos; y es completamente indiscutible que el que se ocuparan de ese libro estilos del pensar tan dispares prestó a la inteligencia humana una ayuda mayor que si cada pueblo hubiera tenido su propio y particular libro elemental.

También fue sumamente necesario que todos los pueblos tuvieran este libro durante un tiempo como el Non plus ultra de sus conocimientos. Pues el muchacho tiene que poner por encima de todo a su libro elemental ya sólo por una razón, a saber, para que la impaciencia de acabarlo no le arrastre a cosas para las que carece aún de base.

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