Extracto de El Ideal Andaluz.
Portugal violó el sagrado de la patria Ibérica, no emancipándose, sino rompiendo los vínculos naturales que la retenían en el seno común de la gran familia hispánica. Renegó de la Naturaleza, se colocó fuera de sus Leyes en cuanto ofrecen la necesidad de los imperativos, y fue a caer en el círculo donde actúa la fatalidad de sus sanciones. Y Portugal, como dice un escritor, que no quiso ser miembro de una gran familia, cayó en la esclavitud de un gran señor.
Y es que, en España, las regiones podrán denominarse naciones, pero sólo en cuanto se considere como supernación a España. Porque las regiones pudieron ser naciones en una época en que éstas no precisaban de la heterogeneidad interna que supone la complicación regional; pero, ¿qué diríamos de los que hoy pretendieran romper los lazos de subordinación que unen a las familias con respecto a las ciudades, a éstas, con respecto a las naciones, invocando la razón de su antigua o ancestral absoluta independencia? [...]
Todas las regiones podrán tener una historia nacional, pero la historia del espíritu español, la Historia de España, ésta sobre todas, alienta sobre todas las historias regionales. [...]
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