El Trabajo Eleva la Tierra como una Hostia Sagrada, Castelar


Extracto de La Civilización en los Cinco Primeros Siglos de Cristianismo, lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid por Emilio Castelar 

¡El trabajo! Actividad infinita del espíritu, que hace del hombre el vencedor de la naturaleza, sin necesidad de mancharlo con la guerra; que inspira religioso culto al planeta de cuya sustancia son los filamentos de nuestras carnes, los átomos de nuestros huesos; que sostiene pura la vida; que trasforma los seres inanimados imprimiéndoles el sello de nuestra idea; que domeña el fatalismo de la materia levantándola con el impulso de nuestra libertad; que es en la naturaleza moral como la ley de la armonía en el mundo físico; que habiendo recibido campos incultos y cubiertos de espinas los ha lucho hermosos y fecundos; que ha abierto las selvas con su hacha, y allanado los montes para hacer caminos triunfales a los pueblos; que ha levantado sobre el tallo la dorada espiga, y unido los continentes, y domado los mares, y deshilado las plantas para vestir a la humana desnudez, y convertido las tablas en cuadros y los mármoles en estatuas, y aprisionado el rayo, y hecho el relámpago, humilde mensajero de nuestra palabra; que, perfeccionándola, fecundándola, ha elevado la tierra como una hostia sagrada en el misterioso altar de los espacios a Dios, más digna de la grandeza de su Creador que en los primeros días de la creación, porque despide como nueva luz de sí los rayos del inmortal espíritu del hombre.

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