Ni las Mayores Tempestades Rompen la Cadena Misteriosa del Progreso, Castelar


Extracto de La Civilización en los Cinco Primeros Siglos de Cristianismo, lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid por Emilio Castelar 

En el seno de las Catacumbas se ocultaban los que venían a renovar el espíritu, en desiertos ignorados de Roma, los que venían a renovar la sangre de la humanidad, bajo aquel envilecimiento de la esclavitud, la libertad en toda su pureza, la libertad con todo su vigor, la libertad del espíritu, el mayor bien del hombre, el mejor don de Dios, la libertad que nadie puede arrebatarnos, pues ni aun después de la muerte se apartará de la conciencia; promesas secretísimas de regeneración que vienen a decir a los Jeremías de nuestros tiempos, a los que creen que el mundo se acaba porque se acaban sus preocupaciones y sus ídolos, que no se interrumpe la carrera triunfal de la humanidad hacia el bien, que no se rompe ni aun por las mayores tempestades la cadena misteriosa del progreso, que no se pierde el amparo de la Providencia, y que no se puede apartar el espíritu humano de este planeta a que Dios lo ha adherido hasta cumplir su destino y realizar su misteriosa esencia.

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