Las Ideas Destrizan Cuanto les Cierra el Paso, Castelar


Extracto de La Civilización en los Cinco Primeros Siglos de Cristianismo, lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid por Emilio Castelar 



Los hombres que tienen larga espada en el cinto, gran ejército a su devoción, las riendas del poder en las manos, turbas de aduladores a su alrededor, oro que derramar sobre la frente de sus cortesanos, fuerza para ahogar hasta la palabra y amedrentar hasta la conciencia, suelen, poseídos de ese orgullo que da el poder y que causa siempre vértigos, menospreciar la idea que nace humilde en la mente de un pensador solitario, porque la idea en la conciencia es más fantástica que la niebla en los aires, porque la idea no tiene ni espada, ni oro, porque la idea no se ve con los ojos del cuerpo, ni se palpa con las manos.

Pero si abriesen las páginas de la historia, si ávidamente siguieran el camino misterioso de las ideas, y las vieran cuando son progresivas nacer en un pensador solitario que tal vez paga con la muerte el haber abierto un nuevo surco en la conciencia humana, crecer, [...] organizarse, luchar, subir, como sube la savia desde la jugosa tierra a las ramas del árbol, por leyes e instituciones, y alcanzar a los mismos poderes que las han perseguido y que han intentado ahogarlas [...] abriríanles ancho cauce, porque de lo contrario, condensadas como una gran tempestad, estallan, destrozan cuanto les cierra el paso, tronchan como cañas las más fuertes espadas, desarraigan los poderes que se creen eternos, como el huracán las encinas: que las ideas progresivas humanitarias no se pierden ni se ahogan, pues son como la eterna revelación de Dios en la conciencia y en la vida.

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