La Masonería Creó con los Símbolos una Especie de Esperanto, Nagy


Extracto del Libro autobiográfico Jesuitas y Masones, publicado en Buenos Aires en 1963 y dedicado Ad Majorem Dei Gloriam, A la Gloria del Gran Arquitecto Del Universo, que relata las experiencias en ambas Ordenes del Dr Töhötöm Nagy.

En vez de explicaciones profusas, la masonería proveniente de Inglaterra señalaba la plomada y los hermanos franceses, españoles, italianos, alemanes y japoneses comprendieron todos a la vez que se trataba de la corrección, de la honestidad. […]

La masonería creó con los símbolos una especie de esperanto y lo empleaba del mismo modo, como la Iglesia el latín o el simbolismo universal de los templos. Cualquier masón de idioma extranjero, que entra en una logia, puede leer todo de las paredes, alfombras de la firma de las mesas y del movimiento de ceremonias: desde el primer momento se siente en su casa y comprende todas las instrucciones morales. Este simbolismo encierra una fuerza unificadora excepcional y la masonería pudo desarrollarlo al máximo, propagarlo y aprovechar su beneficio. La inclinación instintiva del hombre hacia los símbolos le ayudó en la tarea. Este es el problema del simbolismo en cuanto a la Orden.

Contemplemos ahora lo mismo, en cuanto al hombre que es miembro de esta Orden y veremos por qué un masón a través de comprender los símbolos se convierte en un verdadero miembro de la Orden. Aquel que entra buscando compañía nada más, o porque espera vincularse para fines comerciales o porque quiere instruirse por medio de las conferencias de las tenidas, ese también será masón si presenta dos garantes. Pero si queda ahí no más, no se convertirá jamás en un verdadero masón aunque frecuente las tenidas y cumpla con las contribuciones.

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