La Jerusalén de arriba es libre


Si deseas conocer más a fondo los fundamentos de la Masonería, te recomendamos la lectura del libro que nos enseña la Ley, que se conservaba en el Santuario del Templo y que todo masón debe meditar.

Filipenses 4: Hermanos, sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación.

Gálatas 4: La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre.

Sal 112: De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

Gálatas 5: Manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.

Gálatas 5: Lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor.

Sal 118: No quites de mi boca las palabras sinceras.

Eclesiástico 15: El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.

Lucas 11: ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!

Lucas 12: Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse.

Sal 144: Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

Sal 144: El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones.

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