Parábola Sobre la Intolerancia, Franklin



Y después de estas cosas, sucedió que Abrahán se sentó a la entrada de su tienda, hacia la hora de ponerse el sol. Y vió un hombre, encorvado por la edad, llegar por el camino del desierto, apoyado en un báculo. Y Abrahán se levantó, y fué a su encuentro, y le dijo: Entrad, os ruego, y lavad vuestros pies, y reposad toda la noche, y os levantaréis mañana temprano, y continuaréis vuestro camino. Pero el hombre respondió: No, porque descansaré debajo de este árbol. Y Abrahán le rogó con instancia: entonces fue, y entraron en la tienda, y Abrahán hizo pan sin levadura, y comieron.

Y cuando Abrahán vió que el hombre no rogaba a Dios, le dijo: ¿Por qué no adoráis al Dios altísimo, criador del cielo y de la tierra? Y el hombre respondió, y dijo: Yo no adoro al Dios de quien me habláis, y no invoco su nombre; porque me he hecho un Dios que habita siempre en mi casa, y que provee a todas mis necesidades. Y el celo de Abrahán se enardeció contra aquel hombre, y se levantó; y apaleándole, le arrojó al desierto.

Y a media noche Dios llamó a Abrahán, diciendo: ¿Abrahán, dónde está el extranjero? Y Abrahán respondió, y dijo: Señor, no quería adorarte, ni invocar tu nombre; por esta razón le he echado de mi presencia, y arrojado al desierto.

Y Dios dijo: ¿No le he soportado yo ciento noventa y ocho años, y vestido, a pesar de su rebelión contra mí; y tú no puedes, tú, que también eres pecador, soportarle una noche?

Y Abrahán dijo: Que la cólera del Señor no se inflame contra su siervo; sí, he pecado, perdóname, te lo suplico.

Y Abrahán se levantó, y fue al desierto, y buscó al hombre con solícito cuidado, y le halló, y volvió con él a su tienda; y después de haberle tratado con bondad, le despidió por la mañana con regalos.

Y Dios volvió a hablar a Abrahán, diciendo: En castigo de tu culpa, tu posteridad será afligida durante cuatrocientos años en una tierra extranjera. Mas por causa de tu arrepentimiento la libertaré, y se elevará en el poder, en la alegría de corazón, y en los bienes de toda especie.

1 comentario:

  1. Gracias por esta plancha, esta genial parábola; viene a enriquecer, completar la que popularizó IDRIES SHAH, protafonizada por MOISÉS que tan bien es reprochado por DIOS en términos parecidos por haber escandalizado, despreciado , maltratado a un campesino que se ofrecía a DIOS para peinarlo.DIOS le dice algo así si ese campesino te pareció sandio, cuando, en verdad, te supera en PIEDAD ¿ qué te crees que me parecés vos a mí, insecto pretencioso e intolerante?

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