Escultismo y Masoneria, Tony Harvey


Extracto de la entrevista de Latomia, la revista de cultura masónica editada por la Gran Logia de España, en el número de octubre de 2012 a Tony Harvey, scout activo desde los ocho años y masón desde los 31.

[Hay] tres similitudes [entre la Masonería y el Escultismo]. La primera sería que son organizaciones basadas en unos valores. Tanto los scouts como la francmasonería piden a sus miembros ajustarse a un códi­go, reflejado en la ley scout en el caso de los scouts, y en el caso de la masonería comunicado a través de su ritual. Sin duda, si se comparan los valores de ambas organizaciones, son sorpren­dentemente parecidos puesto que ambas organizaciones se centran en la relación con nuestro Creador, con el prójimo y con nosotros mismos.

La segunda similitud sería que ambas son organizaciones seculares cuyos miembros han de creer en un Ser superior, y ni siquiera definir o imponer un credo al que el miembro deba pertenecer. De hecho, ambas están abiertas a personas de todas las creencias. Esto aparejado a otra similitud, el requisito de no discutir sobre doctrina política como miembro, hace que ambas organizaciones estén abiertas a convertirse en fuerzas unificadoras a nivel mundial para hacer el bien.

La tercera principal si­militud, sería que ambas organizaciones solicitan a sus candidatos que formulen un juramento en presencia de otros miembros. De hecho, así como los scouts al prestar juramento con su pro­mesa scout, se convierten en scouts; de la misma manera, el candidato a francmasonería al prestar su juramento, se convierte en masón. [...]

El escultismo existe como una organización en la que se ofrece a la gente joven una forma de vivir la vida, sostenida por un modelo de conducta adulto instruido y apropiado. La francmasonería es para hom­bres maduros que ya han escogido su camino en la vida. No ofrece rehabilitación, pero si persigue hacer de hom­bres buenos, hombres mejores.

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