Extracto del Segundo de los Discursos Masónicos incluido en las Obras Completas de Francisco Bilbao publicadas en 1860.
Acordaos del proceder Socrático. La enseñanza de Sócrates se reducía a descubrir, a ayudar, a revelar en el alma misma del discípulo, los gérmenes que el verbo eterno allí depositara, y es así, como después esa enseñanza ha venido a ser corroborada por el texto magnífico con que San Juan abre las puertas del Evangelio: Era la luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo. Esa luz, él mismo lo dice, era la participación de la eterna inteligencia.
Esa luz, pues, es la misma que quizás ya conocíais, pero con la cual os iniciamos y os damos el bautismo luminoso de miembros de una sociedad, cuyo objeto es la arquitectura moral de la humanidad indivisible.
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