Fragmento del memorial dirigido en 1782 al duque de Brunswick con ocasión del Convento de Wilhelmsbad.
Todo es misterio en los dos Testamentos, y los elegidos de una y otra ley no eran otra cosa que verdaderos iniciados. Hay pues que interrogar a esta venerable Antigüedad y preguntarle cómo entiende las alegorías sagradas. ¿Quién puede dudar que este tipo de investigaciones nos pueden proporcionar las armas victoriosas para luchar contra los escritores modernos que se obstinan en ver solamente en las Escrituras su sentido literal?
Estos escritores, son refutados fácilmente por la expresión Misterios de la Religión que nosotros empleamos todos los días sin entrar en su sentido. La palabra misterio en un principio no significaba otra cosa que la verdad velada bajo tipos por aquellos que la poseen. Fue solamente por extensión y, por así decirlo, por corrupción, por lo que se aplicó luego esta expresión a todo lo que está escondido. [...]
Testimonio de peso es el del más sabio y más ilustre de los rabinos, el famoso Maimónides, de sobrenombre Moses Aegyptiacus. “No os dejéis seducir - nos dice - por todo lo que los Sabios cuentan sobre el primer hombre, sobre la Serpiente, acerca del Árbol de la Ciencia del bien y del mal, sobre las vestimentas que todavía no se usaban, y no penséis que esos objetos hubieran existido realmente de esa manera. Jamás estuvieron en la naturaleza de las cosas. Si prestáis atención os daréis cuenta de la falsedad de todo lo que ellos dicen al respecto, y que no han imaginado sino después de haber tenido conocimiento de nuestra ley y de la historia de la creación; ya que lo tomaron en sentido literal y forjaron estas fábulas... No se debe tomar al pie de la letra, como lo hace el vulgo, lo que está contenido en el Bereshit [Génesis] o historia de la creación. Sin esto, los sabios no lo hubieran envuelto de tantas parábolas, con tanto cuidado, y no hubieran estado tan atentos para impedir que se hablara de esto al populacho ignorante. Ya que al tomarlo en sentido literal, lo resultante son los prejuicios que degradan la naturaleza divina y trastocan los fundamentos de la ley que hacen nacer las herejías”.
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