Dejamos al Cuidado de los Teólogos los Debates sobre los Dogmas, Desmond


Extracto del discurso de Frederic Desmond, ponente de la comisión del Gran Oriente de Francia que, tras diez años de deliberación suprimió del artículo primero de la Obediencia la frase `La francmasonería tiene por principio la existencia de Dios y la inmortalidad del Alma´ y fracturó la Masonería en las dos grandes corrientes, la regular y la irregular, que subsisten en nuestros días. En la imagen, el anciano de los días, de William Blake. 

Solicitamos la supresión del segundo párrafo del artículo primero de nuestra Constitución porque nos parece contradictorio con el párrafo siguiente del mismo artículo.

Solicitamos la supresión porque esta fórmula nos parece haber provocado a menudo varios apuros a los Venerables y a varias Logias los cuales, están en ciertas circunstancias obligados, o bien a eludir la ley, o bien a violarla. Ahora bien, la Masonería,  ¿no debe dar siempre el ejemplo de la observación o del respeto de la ley?

Pedimos la supresión de esta fórmula porque, comprometedora para los Venerables y las Logias, no lo es menos para muchos profanos que, animados del sincero  deseo de formar parte de nuestra grande y bella institución que se les ha descrito, como una Institución amplia y progresiva, se vean de repente detenidos por esta barrera dogmática que sus conciencias no les permite salvar.

Solicitamos la supresión de esta fórmula porque nos parece totalmente inútil y extraña a la Masonería. Cuando una sociedad de sabios se reúne para estudiar una cuestión científica, ¿se siente acaso obligada a poner en la base de sus estatus una fórmula teológica cualquiera? Si estudian la ciencia independientemente de toda idea dogmática o religiosa, ¿no debe hacer la Masonería lo mismo? Su campo y su dominio no son lo suficientemente vastos para que sea necesario incidir en un terreno que no es el suyo.

Dejamos al cuidado de los teólogos los debates sobre los dogmas. Dejamos al cuidado de las Iglesias autoritarias la formulación de sus estudios. De modo que la Masonería permanezca siendo lo que debe ser, es decir, una institución abierta a todo tipo de progreso, a todas las ideas morales y  elevadas, a todas las aspiraciones amplias y liberales. Que jamás descienda al debate teológico que jamás ha tratado, ni en confusiones ni en persecuciones. Que se guarde de verse como una Iglesia, un Concilio, un Sínodo, puesto que todas las Iglesias, todos los Concilios, todos los Sínodos han sido violentos y perseguidores, y todo ello por haber tomado como base el dogma, el cual de su propia naturaleza es esencialmente inquisidor e intolerante. Así pues que la Masonería planee majestuosamente por encima de todas esta cuestiones de Iglesias o de sectas, que permanezca siempre al cuidado de todas las ideas generosas y valientes de todos los buscadores concienzudos y desinteresados de la verdad, y de todas las víctimas del despotismo y de la intolerancia.

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