Extracto de las Instrucciones Dirigidas a su Hijo para Serle Entregadas Cuando Tenga Edad de Merecerlas de Jean-Baptiste Willermoz.
La inmensidad divina, que también nombramos como mundo divino e increado, que es por consecuencia indefinible, que domina y separa el espacio universal y los mundos creados, es una inmensidad sin hitos ni límites que se acrecienta sin cesar y aumenta sin fin para contener la multitud inmensa de seres espirituales e inteligentes emanados del seno del Creador.
Dios es el Centro, y desde ese Centro lo llena todo.
Esta concentrado en su incomprensible unidad, tanto, que la manifiesta por los actos y producciones de su inefable Trinidad divina, que adoramos bajo los nombres de Padre, Hijo y Espíritu Santo, que forman conjuntamente el eterno triángulo divino en el que la unidad divina es el principio y el centro.
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