Fragmento de Consideraciones sobre Francia, la principal obra política de Joseph de Maistre crítico, como otros masones de su época, con las causas y los efectos de la Revolución francesa, que es presentada como un castigo de Dios.
El cristianismo ha sido predicado por ignorantes y creído por sabios; es esto en lo que no se parece a nada conocido. Además, ha salido con éxito de todas las pruebas. (...) Ha resistido a todo, a la paz, a la guerra, a los cadalsos, a los triunfos, a los puñales, a las delicias, al orgullo, a la humillación, a la pobreza, a la opulencia, a la noche de la Edad Media, y al gran día de los siglos.
(...) Habiendo roído la filosofía el cemento que unía a los hombres, ya no hay agregaciones morales. La autoridad civil, favoreciendo con todas sus formas el derrocamiento del sistema antiguo, da a los enemigos del cristianismo todo el apoyo que ella le concedía en otro tiempo; el espíritu humano toma todas las formas imaginables para combatir la antigua religión nacional. Esos esfuerzos son aplaudidos y pagados, y los esfuerzos contrarios son crímenes. No tenéis ya nada que temer del encantamiento de los ojos, que son siempre los primeros engañados; un pomposo aparato, de vanas ceremonias, no se impone ya a los hombres ante los cuales se representa de todo desde hace siete años. Los altares están derribados; se han paseado por las calles animales inmundos revestidos de pontífices; los vasos sagrados han servido para abominables orgías; y sobre los altares que la fe antigua rodea de querubines deslumbrados se ha hecho subir a las prostitutas desnudas. El filosofismo no tiene pues ya de qué quejarse; todos los tantos los tiene en su favor; se hace todo para él y todo contra su rival.
(...) Pero si el cristianismo sale de esta prueba terrible más puro y vigoroso, si el Hércules cristiano, fuerte con su sola fuerza, suspende en alto al hijo de la tierra y lo ahoga entre sus brazos, patuit deus. ¡Franceses, haced sitio al Rey cristianísimo, llevadlo vosotros mismos sobre el trono antiguo; izad su oriflama, y que su oro, viajando de un polo a otro, lleve por todas partes la divisa triunfal!: Cristo impera, Cristo reina, el es el vencedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario