Extracto de la primera conversación de Ernst y Falk, Diálogos para Francmasones, de Gotthold Ephraim Lessing.
- No basta que los francmasones se protejan mutuamente y con toda energía, pues esto solo sería una condición indispensable de otra pandilla cualquiera.¡Cuánto no hacen en favor del público en general de todos los estados cuyos miembros son!
- ¿Por ejemplo? Para cerciorarme si sigues la verdadera pista.
- ¡Por ejemplo los francmasones de Estocolmo! ¿No han fundado un gran asilo de expósitos? (...) ¡Y los francmasones de Dresde! Que hacen instruir a niñas pobres y desvalidas en trabajos de bordados y otras obras de mano, para evitar y disminuir así las casas de expósitos. (...) Y los francmasones de Brunswich, que a niños pobres y aplicados hacen enseñar el dibujo. (...) Y los francmasones de Berlín, que sostienen el establecimiento filantrópico de Basedow. (...)
- Los francmasones también pueden hacer algo sin precisamente hacerlo en su calidad de tales. (...) Tal vez todos los buenos actos que acabas de enumerar, valiéndome para mayor brevedad de un término escolástico, sean solo sus actos ad extra.
- ¿Cómo se entiende eso?
- Solo actos visibles para el pueblo; practicados con el solo objeto de que el pueblo los perciba.
- ¿Para captarse su consideración y respeto?
- Bien pudiera ser.
- ¿Pero cuáles son entonces sus actos principales? ¿Qué, guardas silencio?
- ¿Y si te hubiera contestado ya?, Sus actos verdaderos, esto es su secreto.
- ¡Ah! ¿También verbalmente inexplicable?
- ¡No muy bien! Solo puedo y me es permitido decirte: los verdaderos actos de los francmasones son de tal magnitud, de tanto alcance que transcurrirán los siglos antes de que ellos decirse pueda ¡esta es su obra! Sin embargo ellos son los autores de todo lo bueno que existe en la tierra, nótalo bien: ¡en la tierra! y continúan ocupándose de todo lo bueno aun por establecerse fíjate bien: ¡en la tierra!
- ¡Vaya! tú te burlas de mi.
- En verdad que no.
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