Del libreto de La Flauta Mágica
Dentro de estos muros sagrados no tiene espacio la venganza; y si un hombre cayera en ella, el Amor lo devolverá a su deber. Y así, mano a mano, con un amigo, camina, contento y feliz, hacia un mundo mejor.
Entre estos sagrados muros, en que cada hombre ama a su vecino, ningún traidor puede esconderse, pues se perdona a los enemigos. Si alguien no se deleita en estas enseñanzas, no merece llamarse ‘hombre’.
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