La segura almohada de nuestra conciencia tranquila, Priscilano


Extracto de La Masonería Española en Presidio.

En las horas interminables de la celda hablábamos de Plantón, de Pitágoras, de Wagner, de Beethoven, del antiguo Egipto, de la Grecia de Pericles...

Tomábamos nuestra situación con calma y buen humor y, sobre todo, procurábamos elevar el espíritu sobre las miserias del momento presente. Todas las noches, ya acostados, antes del sueño, me obligaban mis camaradas a desarrollar una charla sobre cualquier tema de historia o de arte. Después, dormíamos larga y profundamente sobre la segura almohada de nuestra conciencia tranquila.

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