La Primera Plancha del Hermano G, Nagy


Extracto del Libro autobiográfico Jesuitas y Masones, publicado en Buenos Aires en 1963 y dedicado Ad Majorem Dei Gloriam, A la Gloria del Gran Arquitecto Del Universo, que relata las experiencias en ambas Ordenes del Dr Töhötöm Nagy.

Cada tenida tiene un esquema, según el cual se desarrolla. La apertura del trabajo y el cierre del mismo abarca un orden del día más libre. Aquí tiene lugar por costumbre, una conferencia seguida por disputas. Nadie puede pasar por los grados sin presentar algún estudio propio, de acuerdo a sus capacidades. Algunos presentan trabajos a menudo; apenas se los puede parar, otros renuncian a los grados con tal de no tener que enfrentar a la Logia con un escrito propio.

Recuerdo al Hermano G. a quien animábamos con otros dos hermanos con el propósito que presentara algo, cuando al fin se animó a una lectura breve, reflexiones sobre su iniciación. Se percibía que tenía nudos en su garganta cuando se sentó e n el estrado del orador y leyó sus pensamientos en medio de gran embarazo. El éxito fue grande e inesperado, todos quedamos sorprendidos, inclusive él mismo. En vez de las frases ampulosas y expresiones rebuscadas de costumbre, sonaban sus palabras espontáneas a una profunda sencillez humana.

Aunque de introducción se disculpaba prolongadamente alegando que hasta ese momento no había escrito otra cosa, que cuentas y alguna carta que otra. Su sinceridad llana despertó tal entusiasmo que sirvió de aliciente también a él, que al cabo de unas semanas, presentó un nuevo escrito, esta vez de un tema más abstracto: la amistad.

Su esfuerzo ahora también fue coronado por el éxito. Mientras leía este su segundo trabajo no hice más que observarlo: su rostro varonil parecía tallado en un gran trozo de quebracho, imaginé verlo en su casa por la noche redactando su escrito, un nuevo color en su vida, seguramente estaba nervioso, mientras buscaba los pensamientos. Supuse que lo leyó a sus familiares y que éstos lo alentaron. La vida a veces es tan monótona y sabe tan bien un nuevo matiz entre las cuentas, pagarés y mercaderías. Comencé a sentir un afecto sincero por este pedazo grande de hombre, que viene aquí con entusiasmo, cada dos semanas, y para quien nosotros significamos una novedad y un plus en su vida.

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