Enderezad al oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda


Si deseas conocer más a fondo los fundamentos de la Masonería, te recomendamos la lectura del libro que nos enseña la Ley, que se conservaba en el Santuario del Templo y que todo masón debe meditar.

Isaías 55: Así será mi palabra, que sale de mí boca: no volverá a mi vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.

Romanos 8: La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación.

Isaías 1: ¿Qué me importa el número de vuestros sacrificios? Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y chivos no me agrada. ¿Por qué entráis a visitarme? ¿Quién pide algo de vuestras manos cuando pisáis mis atrios? No me traigáis más dones vacíos, más incienso execrable.

Isaías 1: Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda.

Sal 47: Dios ha fundado su ciudad para siempre. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra. El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar.

Sal 93: El que plantó el oído ¿no va a oír?; el que formó el ojo ¿no va a ver?; el que educa a los pueblos ¿no va a castigar?; el que instruye al hombre ¿no va a saber?

Sal 93: El justo obtendrá su derecho, y un porvenir los rectos de corazón.

Isaías 26: Mi alma te ansia de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe.

Sal 101: Tú permaneces para siempre, y tu nombre de generación en generación. Levántate y ten misericordia de Sión, que ya es hora y tiempo de misericordia. Tus siervos aman sus piedras, se compadecen de sus ruinas.

Mateo 11: Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Isaías 38: Ésta es la señal del Señor, de que cumplirá el Señor la palabra dada: En el reloj de sol de Acaz haré que la sombra suba los diez grados que ha bajado. Y desandó el sol en el reloj los diez grados que había avanzado.

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