Atribuido a Alexandre Gustave Eiffel
¿Debe asumirse que, a causa que somos ingenieros, la belleza no nos importa, y que, mientras hacemos nuestras construcciones fuertes y durables, no procuramos también hacerlas elegantes? ¿No es acaso cierto que las genuinas condiciones de la fortaleza siempre cumplen las secretas condiciones de la armonía?
No hay comentarios:
Publicar un comentario