Extracto del texto publicado en el diario La Nación en 1854, en defensa de la publicación de la Biblioteca del Hombre Libre.
Adoradores de la verdad, hemos aprendido a ser tolerantes con todas las opiniones, y a compadecer todos los errores. [...] Nosotros no admitimos más criterio que la razón, cuando de ciencias se trata. Nos parece lógico que declaremos como verdadero aquello que hemos pensado en nuestro propio juicio. Respetamos a los filósofos porque reconocemos los grandes servicios prestados por sus luminosas inteligencias al adelantamiento de la humanidad.
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