Si te Admiro, ¿Para Qué te Sirve?, Saint-Exupery


El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:

—¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme! —Gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al principito. Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores. [...]

—Golpea tus manos una contra otra —le aconsejó el vanidoso.

El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente levantando el sombrero. [...] A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego.

—¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? —preguntó el principito.

Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas.

—¿Tú me admiras mucho, verdad? —preguntó el vanidoso al principito.

—¿Qué significa admirar?

—Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta.

—¡Si tú estás solo en tu planeta!

—¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!

—¡Bueno! Te admiro —dijo el principito encogiéndose de hombros—, pero ¿para qué te sirve?

Y el principito se marchó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario