No Encontrarás la Ciencia ni la Inteligencia más que en el Temor del Señor, Willermoz



Oración que Willermoz dirige a Dios en su manuscrito Mis Pensamientos y los de los Demás

Verdad Eterna,

Tú me rodeas con tus rayos, pero las sombras oscuras de mi alma se elevan sin cesar  y me impiden dirigir los ojos hacia ti. Todos los días, en las tardes y las medianoches, en las mañanas y los mediodías, te invoco con ardor. Mis esfuerzos son vanos e inútiles. El velo espeso de mis afecciones materiales aparta mi vista de tu Luz. Las imagenes de los objetos sensibles, se colocan entre tu acción benefactora y los débiles esfuerzos de mi voluntad; ellas me apartan del camino y me llevan por el de las trampas ilusorias. Tú te me escapas y yo pierdo la esperanza de llegar a ti.

¡Oh! verdad sin la cual mi ser es la nada, nunca cesaré de invocarte. Hasta que hayas escuchado mis deseos, mis deseos serán mi única existencia. Escucha mi voz, ven al socorro del que te llama con tanto ardor. Renuncio a los objetos sensibles; es a ti sólo a quien quiero amar y contemplar siempre como a mi única vida. Porque tú eres la vida del hombre, y sé, con claridad, que mi destino es vivir para siempre en Tí y por Tí.

Entonces, ¿dónde puedo encontrar la ciencia y la sabiduría? He pasado días y noches en la búsqueda y en las meditaciones y todavía me pregunto dónde está escondida. El hombre está muy lejos de conocerla y saber su precio.

No está ni en las profundidades del mar ni en las profundidades de la tierra. ¿Dónde está, entonces,  esa sabiduría e inteligencia? ¿Dónde la podré encontrar?

He consultado  a todos los seres vivos; ninguno aún la ha percibido, y he visto que ellos no la tienen... Sólo Dios conoce el camino que lleva a ella; sólo Él sabe dónde se encuentra.

Cuando Él dio leyes a todos los seres, cuando sometió a sus órdenes a los vientos y a las tormentas, cuando dirigió al relámpago dentro de la ruta que le impuso, al frente estaba la Sabiduría.

Entonces le dijo al hombre: No encontrarás la ciencia ni la inteligencia más que en el temor del Señor

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