Extracto de Masonería Española, de Miguel Morayta, en la edición ampliada y refutada de 1956.
La Historia interna de la Masonería Española no se ha escrito aún y seguramente no se escribirá nunca; faltan y faltarán siempre los documentos al caso necesarios. Con más o menos dureza, la Masonería se vio perseguida en cuantos pueblos asentó sus reales, pero en ninguno como el nuestro, se ahorcó al Masón, sin formas ni proceso, sólo por serlo.
Aún durante la última Regencia, suavizadas las costumbres, vigentes leyes muy democráticas y reconocido como personalidad legal, el Grande Oriente Español pasó por el trance de que un juez de primera instancia se incautara de sus papeles y detuviera en la cárcel a sus más altos dignatarios, y todo para resultar, según no podía menos suceder, sobreseída libremente y con todos los pronunciamientos favorables para los detenidos, la sumaría de su razón.
Se explica así que durante muchos, muchos años, las Logias no extendieran ac tas de sus tenidas ni trazaran por escrito sus cuadros lógicos, ni formasen siquiera expedientes de iniciación: se hacía indispensable no dejar rastro de sus actos. ¿Cómo, sin existir archivos, narrar las visicitudes internas de la Orden?
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