El Cristianismo Proclamó la Libertad, Igualdad y Fraternidad de los Hombres, Mateo Sagasta


Discurso en el Congreso de Práxedes Mateo-Sagasta en 1861, entonces diputado, sobre la unificación de Italia.

El cristianismo, señores, salvó al hombre redimiéndole de la esclavitud que le dominaba: le abrió los horizontes de la inmortalidad, elevando hasta el cielo su conciencia; borró la diferencia de las castas; rompió las cadenas de los esclavos, que el ángel de la libertad pagana no había podido romper ni en Grecia, ni en Esparta, ni en Roma; proclamó por fin las grandes verdades sociales, la libertad, la igualdad, la fraternidad de todos los hombres; y para conseguir tantos y tales resultados, para obrar tantas y tales maravillas, preciso fue que el cristianismo tuviera su centro en Roma, porque Roma había absorbido la vida de todos los pueblos; había llevado a las extremidades de la tierra su gloria, su orgullo, su imperio, sus divinidades; porque así era necesario para la más fácil comunicación de las verdades que proclamara; porque Roma había conservado los ídolos de todas las tribus que le sirvieron de base; porque había reunido las divinidades de los pueblos que había conquistado; porque había adoptado los cultos de las civilizaciones que había destruido, y era necesario romper aquellos ídolos, destruir aquellas divinidades y borrar aquellos cultos.
Pero ¿qué tiene que ver esto con el poder temporal del pontificado? El poder temporal del Papa ¿es inherente, es esencial a su poder espiritual? Esta es la cuestión que debe debatirse con tranquilidad, sin pasión de ningún género. (…)

Los que tales cosas piensan o los que sin pensarlas tales cosas dicen, confunden ¡insensatos! lo que es esencial con lo que es accidental; lo que es inmutable con lo que es perecedero; lo que es de origen divino con lo que procede sólo de la humanidad; lo que, en fin, proviene de Dios, con lo que tiene su fundamento en la voluntad siempre móvil, siempre movediza de los hombres. (…)

No hay comentarios:

Publicar un comentario