Extracto de las Instrucciones Dirigidas a su Hijo para Serle Entregadas Cuando Tenga Edad de Merecerlas de Jean-Baptiste Willermoz.
Aquellos hombres seducidos por las apariencias que sin cesar sacuden sus sentidos, cuyos ojos materiales sólo ven en todo y por todas partes mas que materia, que por ella caen en una especie de embrutecimiento que nos les permite discernir ningún signo de espiritualidad en su ser pensante, se sublevarán contra nuestra aserción de que la materia no es más que aparente y no tiene nada que ver con la realidad, pareciéndoles errónea y loca, pero no es a ellos a quien dirigimos nuestro aserto. Sabemos que son sordos y ciegos e incapaces de comprendernos. Les dejamos, ahí, enterrados en la alta ciencia a la que están fuertemente aferrados.
Pero hay una multitud de otros, que flotando aún en cierta incertidumbre, están sin embargo mejor dispuestos a asirse a la verdad cuando ésta se presenta ante ellos, y tienen necesidad de socorro para ayudarles a percibirla. A éstos, les decimos, buscad en las fuentes que la ocultan y no desfallezcáis en esta búsqueda.
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