Es más fácil ir a Marte que conocerse, Buzz Aldrin


Extracto de Magnífica Desolación.

¿Qué hace una persona cuando ha logrado el sueño de su carrera? ¿Qué hace un hombre a los 39 años tras haber caminado sobre la Luna? Sabía que nunca repetiría aquello, y en la NASA quedé relegado a ser una especie de embajador. No podía trabajar como astronauta. Por añadidura, el interés público en el espacio comenzaba a evaporarse. Yo ya no estaba sometido a una disciplina, y por primera vez en mi vida, no tenía una meta. Sin darme cuenta, comencé a beber en serio. Eso se sumó a mi depresión crónica; había días en que no encontraba una razón para salir de la cama. Algo en mi interior se estaba resquebrajando. (...)

La bebida me tenía atrapado. Dejé a mi segunda esposa, sufrí un accidente de coche, fui arrestado por ebriedad, dejé pasar varias oportunidades de publicar libros y perdí la confianza de las organizaciones con las que trabajaba como consultor. El psicólogo Carl Jung había escrito algo a mi medida: los vuelos espaciales son un simple escape, una fuga, porque es más fácil ir a Marte o a la Luna que conocerse a uno mismo. Soy testigo de ello.

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