Extracto de la Despedida al pueblo de los Estados Unidos de George Washington, escrita en 1796.
El espíritu de partido trabaja constantemente en confundir los consejos públicos y debilitar la administración pública. Agita a la comunidad con celos infundados y alarmas falsas; excita la animosidad de unos contra otros y da motivos para los tumultos e insurrecciones. Abre el camino a la corrupción y al influjo extranjero, que hallan fácilmente su entrada hasta el mismo gobierno por los canales de las pasiones de los facciosos. [...] Debe ponerse empeño en disminuirlo y mitigarlo por la fuerza de la opinión pública; el espíritu de
partido nunca debe apagarse; pero siempre debe haber una vigilancia continuada para que no devore con sus llamas, en lugar de calentar.
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