El que se Humilla Será Enasltecido


Si deseas conocer más a fondo los fundamentos de la Masonería, te recomendamos la lectura del libro que nos enseña la Ley, que se conservaba en el Santuario del Templo y que todo masón debe meditar.

Isaías 56: A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor [...] los traeré a mi monte santo. [...] Porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.»

Dt 32: Despreciaste a la Roca que te engendró, y olvidaste al Dios que te dio a luz.

Ezequiel 28: Ningún enigma se te resiste. Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus tesoros [...] y tu fortuna te llenó de presunción. [...] Por haberte creído sabio como los dioses, por eso traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor.

Mateo 19: Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús se les quedó mirando y les dijo: Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.

Ezequiel 34: Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que dejen de apacentarse a si mismos los pastores; libraré a mis ovejas de sus fauces, para que no sean su manjar. [...] Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.

Sal 106: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia [...] los que reunió de todos los países: norte y sur, oriente y occidente.

Mateo 22: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera.

Ezequiel 43: La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental. Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba el templo. Entonces oí [...]: Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono, el sitio de las plantas de mis pies, donde voy a residir para siempre.

Mateo 23: En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.

Mateo 23: No os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

Mateo 23: El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

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