Meditación ante el cráneo de Schiller, Goethe


Frangmento de la Meditación ante el cráneo de Schiller

Era el lúgubre osario... en orden, mudos... / quédome absorto al remirar la fila / de cráneos polvorosos y desnudos; / y atónito, nublada la pupila / en la visión, soñé los tiempos idos... / y fue el pasado en su mudez tranquila.

Los que tanto se odiaron, ora unidos, / rozándose, mezclaban los despojos / de duros huesos en la lid partidos, /y acostados en cruz ante mis ojos, / en posición de beatitud serena / dormían dulcemente sus enojos: / vi en sueltos eslabones la cadena / de omóplatos en tanto el mundo ignora /¡qué fardo les impuso la condena! […]

Súbito en medio del montón yacente, / descubro al fin la fúlgida cabeza / sin par, helada, enmohecida, ausente, / y siento reanimarse mi tristeza / con secreto calor, y de ese abismo / un raudal con vívida presteza, / lléname de hondo encanto el cataclismo / al ver en esa huella soberana / divina concepción de hondo mutismo...

Y va mi mente hacia la mar lejana, / que hace y destruye formas en su seno / aún más perfectas que la forma humana. […] No logra el hombre en su sondar oscuro / captar el todo que la vida escancia / si Dios-natura cede a su conjuro / y le dice por qué de la sustancia / deja exhalar su espíritu que crea, / y cómo permanece en la sustancia / su dinamismo genitor: ¡la idea!

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