Aplicatio Sensuum, Nagy


Extracto del Libro autobiográfico Jesuitas y Masones, publicado en Buenos Aires en 1963 y dedicado Ad Majorem Dei Gloriam, A la Gloria del Gran Arquitecto Del Universo, que relata las experiencias en ambas Ordenes del Dr Töhötöm Nagy.

Cuando un joven entra en la Compañía de Jesús, lleva consigo un bagaje espiritual, lleno con todas clases de prácticas religiosas y buenas intenciones. Generalmente son unos buenos muchachos quienes han logrado pasar por los grados de las virtudes. Para mí, como para la mayoría de la gente profana, las prácticas religiosas consistían en manifestaciones sentimentales: uno sentía cierta alegría, emoción, conmoción, culpa y buenas intenciones y sobre estos ejes acarreaba mi vida religiosa.

Esta vida, una vez en la Orden recibió nuevos fundamentos: la colocaron sobre los pilares de los grandes reconocimientos y de las decisiones resultantes. O sea: sobre el reconocimiento del papel del intelecto y la voluntad en la oración. San Ignacio, autor del mismo, causó una revolución en su tiempo con este nuevo concepto, porque él con su método, sentado en los Ejercicios Espirituales, se adelantó a la gracia de Dios, actuando por fuerzas naturales, que eran desconocidos por las escuelas ascético-místicas de la era medieval. San Ignacio conoció por sus nuevas teorías por varias veces las prisiones de la inquisición. […]

Se da un tema, cualquiera que sea: el infierno o algún misterio de la vida de Jesús y con el ejercicio de nuestros cinco sentidos, tratamos de sumergirnos, ver, oír y sentir las cosas y sacar provecho espiritual de ello. San Ignacio y sus hijos abrieron camino con esto hacia la contemplación adquirida, desconocida hasta entonces. Toda la era medieval consideraba a la vida de oración superior como regalo y efecto de la gracia especial de Dios, en la que el hombre no tenía parte activa alguna.

No se podía ni siquiera imaginar que pueda existir un intermedio entre la oración simple y la contemplativa. La aplicatio sensuum de San Ignacio, fundamentado en el rol extraordinario del intelecto y la voluntad, franqueó este abismo. […] El ascetismo ignaciano aún hoy tiene enemigos y hay muchos todavía en la actualidad, quienes dudan de que sea posible llegar con propio esfuerzo humano y con la gracia simple de Dios a ciertas alturas de la contemplación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario