Extracto del Discurso de Recepción leído en la Real Academia de la Historia el 24 de abril de 1853.
¿Cuál será mi confusión y mi gratitud al verme, tan sin merecerlo, llamado a formar parte de esta sabia Corporación? ¡Ojalá me hubiese dotado el Cielo con la más alta inteligencia, y concedido una vida más sosegada y menos angustiosa, para haber podido dedicarme con más aprovechamiento a los elevados estudios de la ciencia de la Historia, por la que siempre he tenido particular predilección! Tal vez me sería ahora posible traer el tributo de mis vigilias y desvelos a este ilustre Cuerpo. Mas ya que no me sea concedido tanto, le ruego humildemente que se digne recibir, benévolo, el pobre homenaje de mi profundo reconocimiento.
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