Más Allá de la Ilusión del Tiempo, del Espacio y de las Cosas, Kipling


Fragmento final de Kim.


Sí, mi alma quedó libre, y remontándose como un águila vio que no había allí ni el lama Teshu ni ninguna otra alma. Lo mismo que una gota se desvanece en el seno del líquido, así alcanzó mi alma la Gran Alma, que está más allá de todas las cosas. En aquel momento, elevado por la contemplación, vi toda la India, desde Ceilán en el mar, hasta las montañas y mis propias Rocas Pintadas de Such-zen. Vi todos los campos y las aldeas donde hemos descansado alguna vez. Las vi a un tiempo y en el mismo lugar, porque estaban dentro del Alma. Por lo cual conocí que el alma había pasado más allá de la ilusión del Tiempo, del Espacio y de las Cosas. Y entonces me di cuenta de que era libre. 

(...) Mi Alma quedó completamente sola y no vi nada porque, habiéndome hundido con la Gran Alma, yo era ya todas las cosas. Y medité durante millares y millares de años, libre de pasiones, plenamente consciente de las Causas de todas las Cosas. 

De repente, una voz gritó: "¿Qué será del muchacho si mueres?" Y sufrí una enorme sacudida por la piedad que me inspirabas; y dije: "Volveré con mi chela para que no pierda la Senda"; y en esto mi Alma, que es el Alma del lama Teshu, se desprendió de la Gran Alma con sacudidas, anhelos, y náuseas y sufrimientos que no pueden contarse. Como los huevos del pez, como el pez del agua, como el agua de la nube, como la nube del  aire denso, así brotó, así saltó, así se alejó, así se desprendió el Alma del lama Teshu de la Gran Alma. (...)

 Y así, por tu salvación, fui apartando mundo tras mundo. Yo vi debajo de mí el Río, el Río de la Flecha, y descendí hacia él, y sus aguas me cubrieron; y de este modo me encontré de nuevo en el cuerpo del lama Teshu, pero libre de pecado.

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